Pensando que sería muy instructivo para ellos, el profesor Brandon decidió llevar a sus alumnos a presenciar una sesión en el parlamento nacional. Los chiquillos parecían encantados, hasta que, Mario Quisbert dándole un suave codazo al profesor le preguntó:
−Profe, ¿Por qué todo el mundo habla y nadie escucha?
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