El bueno de don Layo afirmaba que si se le daba dinero a su perro llamado Toto, el animal salía inmediatamente hacia el quiosco a comprar el periódico. Un amigo insistió en que quería ver una demostración, y dio dinero al perro. El perro salió, y al cabo de una hora seguía sin volver con el periódico.
− ¿Cuánto le has dado? – preguntó don Layo a su amigo.−Un billete de veinte euros.
−Ahora me explico; cuando le dan eso, se va al cine.
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