El bueno de don Layo cuando iba a ser operado en el hospital, recibió la visita del anestesista para explicarle los preparativos y responder a cualquier pregunta que el deseara formularle. Luego de presentarse, el enfermo dijo:
−Usted es quien va a hacerme dormir mañana.
−No – aclaró el anestesista −; yo soy quien va a encargarse de que despierte.
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