lunes, 25 de enero de 2010

Amanecer

Cuando el bueno de don Layo tenía apenas veinte años y, anunció que se casaría al amanecer y en el jardín de su casa, las protestas de sus padres fueron casi unánimes. Aquello no estaba bien; las normas de etiqueta social no lo aprobaban; era demasiado temprano. ¿Qué diría la gente? ¡Locuras de juventud! Pero no hubo maneras de disuadir al joven novio ni menos a la novia, la señorita Yola. Imagínense aquel fresco amanecer. El rocío aún humedecía la hierba. El altar rebosaba de flores. Reinaba el silencio entre la escasa y entumecida concurrencia. El sacerdote acababa de pronunciar las últimas palabras sagradas uniendo de por vida a los dos jóvenes. Entonces, la pareja dio media vuelta hacia el horizonte, y el Sol escogió ese preciso instante para asomarse tras una colina y baño con sus primeros rayos los dos rostros radiantes y enamorados. ¿Quién dijo “locuras de juventud”?

miércoles, 20 de enero de 2010

Disección

En sus años de Universidad, el bueno de don Layo y su compañera de estudios fueron a un barrio periférico de la ciudad que se encontraba junto a un rio, en busca de un anfibio para la clase de Biología. Y se toparon con una escena insólita:
“Una adivina, ante la bola de cristal, hablaba a su cliente, una rana:
Conocerás a una joven hermosa, que vendrá con un acompañante. En cuanto te vea, le invadirá un deseo insaciable de conocerte a fondo. Sentirá un irresistible impulso de acercarse a ti, de ver cómo palpitas. Le fascinarás.
− ¿Dónde será? ¿En un club de solteros?− preguntó la rana.
En una lección de Biología – le contestó la adivina”.

sábado, 16 de enero de 2010

Primeros Auxilios

Mario Quisbert pese a vivir en una zona en su mayoría católica, un ‘hermano evangelista’ no desistía de su labor como instructor de los Boy Scouts del barrio. Un día, Mario llego tarde a la clase de primeros auxilios. El ‘hermano’ sostenía en brazos a uno de los niños y decía; «Bueno, ya le hemos extraído el objeto de la garganta, pero todavía no respira. ¿Qué hacemos?». Nadie contestó. Repitió la pregunta sin obtener respuesta. Cuando, casi suplicante, pidió por tercera vez que le contestaran, se oyó la voz de Mario muy suave que repondría preguntando: «¿Llamamos al cura?»

Cambio de Nombres

En casa del bueno de don Layo.
Si no le importa – le dijo la señora Yola a su nueva empleada doméstica −, la llamaré María. Así se llamaba mi anterior empleada y me disgusta tener que cambiar de costumbres.
En ese caso – repuso la sirvienta −, yo la llamaré a usted señora Pancracia, ya que ese era el nombre de mi anterior señora.

martes, 12 de enero de 2010

Besos o Pelea

Un padre de familia, de visita en el colegio observaba a los niños en el patio a la hora del recreo. Cuando vio un par de chiquillos de unos diez años que se peleaban en el suelo. Un círculo de amigos les jaleaba. El profesor Brandon que pasaba junto a ellos dijo algo, e inmediatamente los chicos se separaron y el grupo se alejó entre risas. Aquello impresionó al visitante, tanto que detuvo al profesor y le preguntó qué había sucedido. Él le contestó: «Uno de los niños, que miraban se volvió hacia mí y dijo: ‘¡Vaya pelea! Yo observé a los muchachos y comenté en voz alta: ‘¿Pelea? ¡Daba la impresión de que se estaban besando!’» «Nunca falla», continuó. «A ningún chico de diez años le gusta dar la impresión de que está besando algo».

jueves, 7 de enero de 2010

Lo Más Difícil

Una amiga del bueno de don Layo estaba a punto de dar a luz a su primer hijo. Al ver que los dolores del parto eran cada vez más fuetes y frecuentes, preguntó al bueno de su amigo antes que a su enfermera:
¿Pasará pronto lo más difícil?
− Amiga, esto será lo más sencillo. Lo difícil durará durante los próximos dieciocho años.

martes, 5 de enero de 2010

Menuda Salida

El profesor Layo Brandon en su clase de Bellas Artes, examinaba la deficiente pintura de su alumno apellidado Quisbert, que representaba un rio y su ladera, entonces el profesor le sugirió que mejorara su composición añadiéndole uno o dos pescadores, convenientemente situados. No tardó el alumno en reclinarse en su asiento, satisfecho, tras haber terminado su trabajo. El pícaro había disimulado muy ingeniosamente su incapacidad para pintar figuras humanas agregando, a la orilla del rio, un letrero que advertía: «PROHIBIDO PESCAR».

domingo, 3 de enero de 2010

Dieta Sana

En los últimos años, el bueno de don Layo, ha procurado que su familia se alimente de un modo más sano. Su hija Yolita a menudo expresa su disgusto por ese motivo. Una tarde, cuando don Layo volvió del supermercado, su hija empezó a sacar las cosas de las bolsas. « ¡No, por favor!», dijo al tiempo que mostraba en alto unas servilletas de papel color tierra. « ¡Servilletas de cereal integral, no!».

Excusa de Excusas

Alumno del profesor Brandon, Mario Quisbert que empezaba a salir con chicas, le preguntó a su profesor por su mayor experiencia:
− ¿Qué haría usted si se hubiera citado con una chica y, después de esperarla durante más de dos horas, se diera cuenta de que la ha dado un plantón?
−Le escribiría un mensaje diciéndole, que sentí mucho no haber acudido a la cita porque tuve un imprevisto a última hora.