lunes, 14 de junio de 2010

Botones

Cierta vez que el profesor Layo Brandon se encontraba en Washington para estudiar historia, logró convencer a uno de los ayudantes del presidente norteamericano para que le enseñara la histórica Habitación Oval de la Casa Blanca, donde se toman tantas decisiones gubernamentales. El presidente y su familia se hallaban fuera. Por lo que pidió que se le permitiera sentarse en el sillón del Presidente durante unos instantes. Concedido su ruego, se hundió en aquel asiento de cuero con las manos en sus amplios brazos, y miró la mesa que tenía ante él. Comprobó que debajo de la tapa de ésta había un panel de cuatro botones de distintos colores: rojo, azul, verde y blanco. ¡Ah!, pensó. ¡La tremenda responsabilidad del poder! Se preguntó cuál de ellos establecería contacto con el Pentágono, con el Kremlin, con la China o incluso cuál accionaría el mecanismo capaz de desencadenar una guerra nuclear que arrasara nuestra civilización. Pueden ustedes imaginarse el drama, la tensión que pondría en su relato académico estudiantil, ya de retorno a su centro de enseñanza. Pero, coincidentemente, la semana en que contaría la experiencia de su viaje y aquella increíble visita, una revista internacional publicó un artículo suelto. En el mismo se informaba que se habían instalado cuatro botones de colores en la mesa del presidente norteamericano en la Habitación Oval: uno, de color blanco, para pedir leche; otro, rojo, para el café; un tercero, azul, para los refrescos; y el último, verde, para que trajeran un vaso de agua.

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