sábado, 19 de junio de 2010

Infinito

Era un día precioso, por lo que los alumnos del profesor Layo Brandon, entraron a la clase de muy mala gana y más aun sabiendo que sería de Filosofía. El profesor advirtiendo el desgano de sus alumnos, preguntó si alguien sabía el significado de la palabra infinito. Como nadie contestaba, empezó a trazar una línea, con tiza; cruzó la pizarra, subió por la pared izquierda del aula y salió por la puerta. Al transcurrir un cuarto de hora sin que volviera, los alumnos empezaron a marcharse.
Dos días después, a la hora de la clase de Filosofía, entro el profesor Brandon, tiza en mano, y continuó dibujando la línea, desde la parte superior de la pared derecha del aula, y la unió a la que había dejado trazada previamente. «Ésta», comentó, «es mi definición de infinito».

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