El creador del querido profesor Layo Brandon con fama en la red, no usa el ordenador, sino que antes escribe sus historias y aventuras a mano en cuadernos escolares.
Cierto día, una niña le oyó pedir un cuaderno en la papelería de la esquina.
− ¿Es para usted? – le preguntó la pequeña, sorprendida.
−Sí – respondió el eminente cuadragenario.
Ella le miró de arriba abajo y luego, con una sonrisa comprensiva, le tiró de la manga y le hizo saber por señas que quería decirle algo confidencial. El se agachó y la niña le dijo al oído:
− ¡Ánimo, usted lo conseguirá! No es tan difícil aprender a escribir.
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