martes, 26 de octubre de 2010

Doble Felicidad

El profesor Layo Brandon preguntó a sus alumnos:
¿Alguno de ustedes hizo algo, durante las pasadas vacaciones, por llevar a alguien un poco de felicidad?
Yo hice felices a dos personas – respondió su alumno Quisbert −. Fui a pasar unos días a casa de mi hermana mayor, y ella se sintió muy feliz, y cuando partí, su esposo quedó muy, pero muy contento.



viernes, 22 de octubre de 2010

Olvidadizas... ¿Solo Ellas?

Dos mujeres hablaban de los inconvenientes de la vejez con el padre del bueno de don Layo que era aún más bueno:
A veces – confesó una de ellas −, cuando estoy ante el frigorífico, no puedo recordar si es para sacar o meter algo.
Eso no es nada – dijo la segunda −. Hay veces en que, al pie de las gradas, me pregunto si tengo que subir o si acabo de bajar.
¡Caramba! – exclamo el abuelo −. Me alegro de no tener esos problemas – y al decir esto, dio con los nudillos en la mesa, para ‘tocar madera’ −. ¡Jaaah! – vociferó en seguida, levantándose rápidamente de la silla −. ¡Alguien está llamando a la puerta!

jueves, 21 de octubre de 2010

En Los Alpes

Hace poco, el profesor Brandon acompañado de un colega pedagogo, en sus vacaciones se fueron a practicar el montañismo a los Alpes suizos. Se perdieron en una ladera nevada azotada por los vientos, y se dispusieron a acampar para protegerse del intenso frio. En esto vieron acercase hacia ellos un perro de San Bernardo que llevaba el clásico barrilito de coñac atado al cuello.
Allá viene el mejor amigo del hombre – comentó el profesor Brandon.
– repuso el colega −, y lo trae un perrazo lanudo.

domingo, 17 de octubre de 2010

¿Solo Una?

Una mañana, un colega del profesor Brandon entró a la sala de profesores con un humor de mil demonios.
−Sólo hay una cosa que me saca de quicio – gruñó −: la mala educación… y la ineptitud para sumar.
El profesor Brandon no se atrevió a señalarle el error.

lunes, 4 de octubre de 2010

La Lata

Mario Quisbert, ya en la adolescencia tenía un apetito enorme. Por ello, antes de que sus padres salieran un día, le dejaron una nota en la lata de las galletas llena hasta la mitad: «Por favor, no te comas todas las galletas». A su regreso abrieron la lata y estaba vacía. Dentro había otra nota: « ¿Qué galletas?».

viernes, 1 de octubre de 2010

Fama

En una ocasión el profesor Layo Brandon acudió al Teatro Municipal de la ciudad de La Paz, a comprar entradas para ver la obra de un comediante del que nunca había oído hablar. Le preguntó al taquillero si el autor era famoso, y éste respondió:
−Sí. Es mundialmente famoso en Bolivia.