lunes, 4 de octubre de 2010

La Lata

Mario Quisbert, ya en la adolescencia tenía un apetito enorme. Por ello, antes de que sus padres salieran un día, le dejaron una nota en la lata de las galletas llena hasta la mitad: «Por favor, no te comas todas las galletas». A su regreso abrieron la lata y estaba vacía. Dentro había otra nota: « ¿Qué galletas?».

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