Hace poco, el profesor Brandon acompañado de un colega pedagogo, en sus vacaciones se fueron a practicar el montañismo a los Alpes suizos. Se perdieron en una ladera nevada azotada por los vientos, y se dispusieron a acampar para protegerse del intenso frio. En esto vieron acercase hacia ellos un perro de San Bernardo que llevaba el clásico barrilito de coñac atado al cuello.
−Allá viene el mejor amigo del hombre – comentó el profesor Brandon.
−Sí – repuso el colega −, y lo trae un perrazo lanudo.
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