martes, 23 de febrero de 2010

Interpretación

El profesor Layo Brandon, en su clase de Música pidió a su alumno Quisbert, que interpretara el poema siguiente:

      Por las rejas de la prisión,
      dos presos miraron fuera.
      Uno el lodo sólo vio,
      el otro vio las estrellas.

Quisbert, el pequeño y travieso alumno, que en esta ocasión estaba además pesimista, explicó: «Dos hombres estaban asomados a la ventana de su celda. Mientras uno miraba el barro, al otro le dieron un golpe en la cabeza.»

Ojo Clínico

El ya anciano padre del bueno de don Layo, que era aún más buen, fue al médico y éste le dijo:
Su estado parece crítico. Al observar su ojo derecho, veo que tiene neumonía y reumatismo.
El anciano le contestó:
Pues mire usted el otro ahora, porque da la casualidad que mi ojo derecho es de cristal.

domingo, 21 de febrero de 2010

Cumpliendo tareas

Una mañana de enero el bueno de don Layo oyó que alguien cantaba un villancico en la calle. Cuando abrió la puerta se encontró con una niña.
Andas un poco atrasada, ¿no? – le dijo don Layo.
– contestó la niña −. Es que por la Navidad caí en cama con sarampión.

domingo, 7 de febrero de 2010

Efectividad

El padre del bueno de don Layo que era aún más bueno, un buen día después del almuerzo se quejo de indigestión. Su nuera la señora Yola, que siempre estaba preparada para tales casos, le ofreció unas pastillas.
«Me niego a tomar esa medicina», protestó el abuelo, al ver la caja. «Todas las noches aparece tres o cuatro veces en la televisión una señora quejándose de indigestión, y luego se toma esas pastillas. ¡Y por lo visto no le han sido de ningún provecho!»