El bueno del profesor Brandon una vez hizo un espectáculo para niños de la escuela primaria. Al terminar el acto, se disfrazó de dinosaurio para repartir regalos, saludar y sacarse fotos con los chiquillos, quienes se amontonaron en torno suyo. Sin embargo, había uno que no quería acercársele. Su madre le insistió en que fuera a ver al dinosaurio, pero el niño acabo poniéndose a llorar. Cuando ella preguntó que le pasaba, el profesor oyó que el niño explicaba:
− ¡Es que el dinosaurio se ha comido al profesor!
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