lunes, 30 de agosto de 2010

Dos Pesos Ingenuos

Cuando un par de atracadores asaltaron al bueno de don Layo, él se defendió valerosamente. Al cabo de una paliza tremenda por ambas partes. Los ladrones lograron dominar a su víctima. Le revisaron los bolcillos, pero sólo le encontraron dos pesos. Los dos atracadores miraron con cara de asombro a la víctima, y uno de ellos dijo:
− ¿Cómo te has defendido tanto por sólo dos pesos?
El bueno de don Layo los miro a su vez:
¿Qué pasa? ¿Eso es todo lo que querían? Se los hubiera dado sin tanto jaleo. Yo pensaba que andaban tras mi billete de cien dólares que guardo en el zapato.

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