viernes, 23 de octubre de 2009

De tal palo...

Durante un recorrido por su huerto, el bueno de don Layo descubre a un chiquillo subido en un manzano.
Espera y verás, pillo – le dice, además de identificarlo como al travieso de Quisbert, su alumno −. Pienso hablar con tú padre.
El pequeño alza la mirada y dice:
Papá, aquí abajo hay un señor que quiere hablarte.

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