viernes, 6 de noviembre de 2009

Anuncio de Vida

El bueno de don Layo, tenía un escritorio viejo que apreciaba mucho por haber pertenecido a su bisabuelo, héroe nacional muerto durante la revolución. De noche, el mueble cobraba vida, su esposa doña Yola decía oír como si alguien abriera los cajones, escribiera con una rechinante pluma de ave y golpeara con fuerza el escritorio. Aunque los ruidos la asustaban al principio, la señora acabó por acostumbrarse, convencida de que era el espíritu del bisabuelo de su esposo.
Don Layo sabía que en realidad se trataba de unos escarabajos que estaban royendo la apolillada madera. 'El espíritu inventado por algunos miedosos suele ser un insecto que, lejos de anunciar la muerte, hace ruido para anunciar la vida'. Pensó.

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