martes, 22 de diciembre de 2009

Coloreados

Quisbert, Mario Quisbert tenía muchísima caspa. Había recurrido a todos los remedios imaginables, pero ninguno le daba resultado. Por último, junto a su madre y desesperado, consulto con cuatro peluqueros el mismo día.
El primero le trató el cuero cabelludo con un tónico de color verde. El segundo empleó una loción roja, el tercero le aplicó una crema azul, y el último, un líquido de vivo color púrpura. Tres días después, Mario le contó a un amigo que la caspa le había desaparecido por completo.
¡Eso es estupendo! – dijo el amigo −. Estarás contento.
No lo creas – respondió Mario −. Lo que más me preocupa ahora, es deshacerme del confeti.

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